23.5.05

Ganas de siesta

La siesta. Ese invento tan español, tan nuestro, consiste en enganchar un buen sueñecito después de la comida. A ser posible con el estómago tan lleno como te permita la cintura de los pantalones, para aprovechar el efecto sedante post-atracón. Hay quien prefiere la camita. Incluso quien se pone el pijama y cierra las persianas para evitar cualquier interrupción. Pero la siesta siesta, la de toda la vida, se la echa uno en el sofá. Porque joder, no siempre es voluntaria. Que levanten la mano todos aquellos que han despertado sorprendidos con los documentales de la 2, pese a no haber decidido en ningún momento dar una cabezadita. La frase más común cuando esto pasa es “¡Coño, me he dormido!”. Que va chavalote. Nadie duda que te concentres tanto en el ritual de cacería del guepardo que tengas que cerrar los ojos. Lo de ese hilillo de baba que te escurre por la comisura de los labios también es normal. Es embelesamiento puro y duro.


Y es que la siesta tiene poder de decisión propio. Yo, por ejemplo, no me la puedo permitir a mediodía. Mis clases comienzan a las cuatro de la tarde, y me parece una falta de decoro quedarme sobada mientras el resto coge apuntes (no es que me falten ganas). Así que para mí la hora perfecta para la “cabezadita” es después de cenar. O lo sería si no fuese porque cada vez que se me empiezan a cerrar los ojos, le da por dar voces al portero de Aquí o hay quien viva, o Grissom empieza a atar cabos en el asesinato de la cajera del seven eleven, o suena el móvil revelando que tengo que salir pitando de casa si quiero llegar a tiempo a nosedónde. Y cuando no son pitos, son flautas, y se me pasa dar de cenar al gato, que se sube encima de mí y me lame la cara en plan “Si yo no como, tú no duermes”. Así que el resultado es siempre el mismo: o duermo cinco minutos y me levanto con el mismo dolor de cabeza de quien se atreva a escuchar un disco entero de Bustamante, o no hay siesta que valga. Qué injusta es la vida del insomne. Y qué envidia me dais los que sí disfrutais de este placer tan español...

2 Comments:

Anonymous Anónimo dijo...

bufff sagrada siesta!!! cuantas veces la habre dormido en compañia de los animalitos de a dos, pobrecillos, ellos haciendo el documental para que sepamos de sus costumbres y nosotros ala!! a sobar, bueno, mas bien diria que es la voz del narrador del programa, que es tan monotona y con un timbre de voz tan caracteristico, que es que te hace sobar aunque no quieras, en fins que haria yo sin mi siesta, siempre que puedo me la hexo eso es verdad, pero cuando me la hecho, me la hecho de verdad, eso quiere decir una media de dos o tres horas, vamos, de pijama y orinal!!! juuuuass!!!y luego pos pasa lo que pasa que por la noche no pego ojo ni de varde,en fin, este invento tan español hace mella en algunos de nosotros, y yo me siento una victima de la siesta, que se lo va a hacer!!

KTULU

12:43 p. m.  
Blogger Trippy dijo...

¿Una siesta de dos o tres horas? Eso es dormir, hombre... ¡que te lo estás llevando tú todo y los demás aquí con insomnio! ;P

12:18 p. m.  

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