Postversario

Dicen que cuando un acontecimiento cambia tu vida, la fecha del mismo se queda grabada a fuego en la mente. Yo creo que mienten. Porque soy incapaz de recordar ni un solo número, y me parece terrible medir una vida en estadísticas. En cambio están en mi memoria todos los momentos que hemos vivido juntas. Cristalinos. Antes incluso de conocernos mejor en el instituto. Me acuerdo de tu peto negro con una calavera en la fiesta de la Virgen Niña. De pensar “vaya huevos tiene esta de A”. De los torneos de Volley en los que siempre ganabais. De que siempre te juntabas con las que no se metían en líos. Pero sobre todo me acuerdo de Bruselas. De hablar contigo y decirme “nadie es quien parece ser”. Y sentirme cómoda a tu lado. Puede que no te lo haya dicho nunca, pero eres la única persona que se me ha acercado sin prejuicios ni miedos. La única que se molestó en conocerme, tardó poco tiempo y encima se quedó para verme crecer.

Este blog nació con la idea de estar en contacto. De tener algo común. Y está siendo mucho más que eso. Es un diario de quiénes somos, cómo pensamos y qué hacemos. Una prueba de lo que hemos cambiado desde que nos conocemos. Porque ha habido momentos muy malos. Muy buenos. Paradas en estaciones diversas. Parejas. Líos. Cambios. Y seguimos juntas. Y aunque ahora la distancia se empeñe en decir que estamos lejos, sigues estando en cada palabra que pronuncio, cada paso que doy y cada pensamiento que se me cruza en la mente. Porque desde ti no soy la misma persona. Soy parte de algo más grande. Más perfecto. Soy la mitad de Nosotras. Y no hay mala racha que me haga desear ni por un momento que eso cambie. Te quiero.

¿Y qué me vas a decir a mi de momentos grabados en la mente? En el colegio eras la chunga que se atrevía a combinar las botas militares (esas tan finas y elegantes que aun llevas y que algún día tirarás gracias a mi) con la falda de tablas azul marino. Del instituto recuerdo cuando pasabas delante de mi por los pasillos y me mantenías la mirada pero no decías nada, hasta que pasados unos meses por una amiga en común comenzamos a pirarnos las clases juntas. Está claro que Bruselas marcó el comienzo. Pero en realidad, creo que ambas debemos de darle las gracias al Messenger. ¿Eres capaz de calcular las horas que hemos pasado hablando a través de teclas? Conociéndonos por dentro, que para mirar por fuera aun había tiempo de sobra. Me aturdías con conversaciones que jamás había mantenido con cualquiera, de temas en los que pensaba, pero que nadie me daba la oportunidad de hablar sobre ellos. Me sorprendías con pensamientos de una persona emocional, que pensaba en otra dimensión a la mía. Y yo que soy una persona fría y lógica, me di contra un muro, tú. Y te confieso que no me acerqué a ti con prejuicios y miedos porque de verdad lo que sentía era una increíble curiosidad por conocerte.

Como te decía ayer, éste blog es el fruto de nuestra amistad. En él relatamos nuestro día a día como personas y como Nosotras (me ha gustado eso). Me gusta tener algo así contigo simplemente porque se que así pensarás en mi de vez en cuando. Sabes que tengo envidia sana por todo lo nuevo que se acerca a ti, pero a la vez me encanta verte crecer y superarte día a día. Algo que me ha demostrado que querer es poder, y si tienes a gente a tu alrededor, mejor. Quiero estar siempre a tu alrededor. Y que me sigas aturdiendo y sorprendiendo. Y que me sigas queriendo. Yo lo seguiré haciendo. Te quiero.